AMNISTIA INTERNACIONAL

miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Será que a las EPS se les puede acusar de Concierto para delinquir?

Las EPS han venido actuando como verdaderas mafias al servicio, muchas de ellas, de paramilitares y políticos corruptos que se han enriquecido a costa de dineros públicos y han convertido la salud en una mercancía sujeta a una supuesta autoregulación del mercado.  Este modelo de salud que padecemos los colombianos, hijo putativo del neoliberalismo, ha dejado en sus 18 años de existencia de ley 100 , mas victimas y cadáveres que el conflicto armado que padecemos desde hace mas de 50 años.

Y todo es posibles gracias a que la salud dejo de ser un derecho directamente conectado con la vida y la dignidad humanas para ser un asunto de mercaderes que, cuando menos, podría dárseles el título de desalmados criminales; pero que gracias a un régimen legal meticulosamente concebido para enriquecer a unos cuantos, hoy son tratados como “reconocidos empresarios” que hacen de la salud de los colombianos su fuente de poder y de riqueza.

Lo que más fehacientemente evidencia este último escándalo en la salud, es la debilidad institucional del Estado para controlar y poner límites a la glotonería, a la avaricia de los privados. Pero más aún, es evidente, la venalidad y debilidad ética de los organismos y funcionarios estatales encargados del control y vigilancia.

Ahora que con toda lógica y razón algunos sectores vienen promoviendo la cadena perpétua, y otros pocos la pena capital, para abusadores y violadores de niños que sin duda alguna merecen el peor de los castigos posibles, me pregunto si estos “empresarios de la salud” que más bien son carteles legalizados no son otra subespecie de asesinos en serie, narcisistas y egocéntricos que se sientes todopoderosos sometiendo a tantos colombianos a paseos de la muerte. Psicópatas incapaces de sentir remordimiento o piedad por pacientes terminales, niños y ancianos que diariamente mueren por falta de atención médica oportuna y adecuada. Esta especie de criminales, no solo pasa inadvertidos, sino que son apoyados, legalizados y ensalzados por el Estado.

Más de uno dirá que son exageradas comparaciones que no vienen al caso, pero al fin de cuentas, no soy ni psiquiatra ni criminólogo, ni este es un capítulo de "criminal minds", la famosa serie americana de agentes del FBI que exploran los mas oscuros rincones de la mente criminal. Pero de lo que si estoy convencido es que al igual que a los pedófilos, a estos criminales de cuello blanco que juegan con la salud, la vida y los dineros públicos que por ley están destinados al bienestar de la población merecen penas más disuasivas y ejemplarizantes que las que hoy están contempladas en el código penal colombiano y que gracias a un sistema penal laxo pagan (o quizás deba decir disfrutan) en la comodidad de sus lujosos domicilios o en celdas que parecen suites de hoteles cinco estrella.

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